Viento levantado

Es de noche allá por el solitario sur hay viento y poca gente en las calles, un silencio anclado marea a los pocos sorprendidos transeúntes. Es un viento distinto, ese que empuja y se lleva alguna media, una bombacha, lo que haya en las sogas de los departamentos, barre así las terrazas y las deja vacías. Ese que no nos hace caer del todo pero que se hace sentir, nos envuelve al caminar.
Es el ultimo feriado, la ultima hora, instantes por volverse polvo, será el momento de que algún caminante se halle al fin frente a su puerta o su destino, se anime a tocar el timbre, mandar un mensaje avisando que esta fuera y que espera, o tomarse el tiempo de construir una llave.
Adentro el viento no desaparece, se lo escucha,  agita hasta meterse adentro del que lo choca y pasa a ser parte de él de alguna extraña forma. Una mezcla en desconocidas proporciones de viento y de llaves seria quizás la mejor opción. 



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