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Confesión

Me equivoque. Confundí una profesión como una forma de vida, sin salir del circulo interior, ahí, se mete el tiempo, ladrillo de lejanías. Robots de carne tan humana, bocas que prefieren callar, años oscuros pesan en la mochila, un verano de subtes y cambios. Cada día es una nueva venda, los ojos, vendas sobre vendas. En la reconfortante piel momentánea, se aprieta, suelta el puño se agita ruge un bostezo salvador. ¿Cómo despertar? desde un sueño extraño, tan parecido a la realidad, miradas rebotan y se vuelven mancha; uno carga tanto en un bolsillo siempre pequeño, que termina perdiendo algo.

La despedida donde nadie se despidió

Eran las 22hs de un Viernes y había salido hacia el encuentro de tres amigos. Uno de ellos partiría  a Europa con la idea de quedarse y hacer su vida allá. Los días se volvían ceniza con velocidad, para todos, por diferentes motivos. A las 22.40hs de la noche estábamos en el frente de una pizzería, encargamos pizzas que deberíamos buscar en un rato. El lugar era muy chico, podía sentirse cierto desgano en el hombre que nos tomó el pedido: gritó hacia la cocina que serían dos pizzas grandes de Mozzarella, en la cocina, un hombre que parecía recién haberse despertado se movió con lentitud. Nos largamos de allí, ya habíamos hecho un par de cuadras cuando T, que ponía su casa, nos comentó que una vez hace mucho, en un pedido a aquél mismo negocio, le apareció  en la Mozzarella  un ejemplar de cucaracha muerto. Nunca entendí si  realmente pasó o intentaba ser un chiste, me preocupé, habíamos preferido una pizza más barata que a donde pensaba comprar T, quizás nos la habíamos buscado.

Inicio de proceso

La gloria es saber caer, donde no se sabe, cuando no se lo espera. Moverse de nuevo en una forma y dirección distinta, poder hacerse cargo de uno mismo. En algún momento todo parece una trampa, una repetición de casos similares, que con algunas excepciones nos reflejan esclavos, de otros o de nuestros miedos. Me gustaría eliminar el dinero y hacer un sistema comunitario, en pequeños grupos. Abolir las “megaciudades”, donde uno pierde casi todo amparo, ya que no todo estado es un país nórdico. Se entiende las diferencias, pero el resultado es terrible. Aun así me sorprende la resistencia del pueblo y el subyugado, que desde abajo sigue un camino empinado empujando su roca desproporcionada cada día. Todo sistema tiene en sí mismo la semilla de su destrucción, esa frase me gusta. Aun cuando todavía no se ven vestigios de esa semilla. Hay manifestaciones que se empiezan a acercar a su recóndita madriguera. Por fin la gloria hasta puede ser otra, y quizás menos cruel para todo

Recubrimientos

Desde adentro, la piel pesa y hasta duele a veces, pero al hombre y al dolor hay que buscarle la vuelta. Es torpe y reiterativo, pero no se abandona, no se lo debe traicionar. Duermo en una red organizada que me arropa, me canta, me envuelve en mi mismo; tiemblo: mi piel no es sólo mi piel. Quiero una piel que me devuelva tibio y sabio. Cómo la de ella, porque al respirar toda piel está siempre desnuda y es donde la verdad descansa suave.